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ENFERMEDADES


Mixomatosis

Es una enfermedad causada por un virus originario del continente americano donde afecta de forma leve a los conejos americanos del género Sylvilagus, pero que origina una enfermedad grave en los conejos del género Oryctolagus. Este virus fue introducido en España, procedente de Francia, causando la muerte de cerca del 90% de los conejos silvestres. A lo largo de los años el virus de la mixomatosis ha ido mutando y produciendo otras cepas de diferente patogenicidad, a la vez que los conejos han adquirido cierta resistencia, de tal manera que en la actualidad las cepas existentes producen una mortalidad menor entre los conejos silvestres.

El virus de la mixomatosis se transmite principalmente a través de artrópodos chupadores de sangre, pulgas y mosquitos, que actúan como vectores o transmisores del

virus desde un conejo enfermo a uno sano. Las lesiones producidas por la enfermedad son muy características, con la existencia de mixomas o abultamientos de la piel, zonas donde se replica el virus y suelen coincidir con el lugar donde el artrópodo picó al conejo y le inoculó el virus, en orejas, cabeza, hocico, mentón, párpados, espalda y en menor medida extremidades. También son características la inflamación y edema de los párpados, cabeza y genitales. Los animales tienen dificultades para ver y comer, se debilitan, y suelen morir a consecuencia de otras enfermedades secundarias como consecuencia de la depresión de su sistema inmunológico, de inanición, fácilmente predados, o por accidente (atropellos). En conejos sin resistencia, el virus puede provocar su muerte entre los 9 y los 35 días después de la infección, según la virulencia de la cepa.

La dinámica de la enfermedad en el campo está determinada por la cantidad de artrópodos vectores y por la existencia de conejos jóvenes que son susceptibles a la infección. En la práctica la casi totalidad de los conejos adultos son resistentes a la mixomatosis porque ya la superaron cuando eran jóvenes, presentando títulos elevados de anticuerpos. La enfermedad se encuentra presente en las áreas de presencia del conejo durante todo el ciclo anual, pero es más frecuente durante el verano. La mortalidad directa o indirecta originada por esta enfermedad puede alcanzar el 35% de los juveniles de la especie.

Enfermedad hemorrágica vírica del conejo (EHV)

Es una enfermedad vírica producida por un calicivirus. Fue descrita por primera vez en 1984 en China, en 1988 en España. En los años 1989-1990 afectó a las poblaciones de Castilla-La Mancha. Al parecer el virus causante de la enfermedad se originó a partir de la mutación de un virus no patógeno ya existente en los conejos. La enfermedad es en realidad una hepatitis vírica, y como tal afecta a todas las funciones propias de este órgano, incluida la de la coagulación de la sangre, por lo que una de las lesiones más llamativa es la congestión y la existencia de hemorragias en los órganos de los conejos muertos por esta enfermedad, de ahí el adjetivo de hemorrágica. El virus se transmite

por vía directa, a través del aire, por contacto de conejo a conejo, o bien a través de excrementos y otras secreciones, objetos contaminados, y por artrópodos como las moscas, que pueden actuar como simples transportadores del virus desde un cadáver a un conejo sano.

El curso de la enfermedad es muy rápido y los animales pueden morir en pocas horas, el periodo de incubación del virus es de 24-48 horas y el conejo muere entre las 6 y 24 horas de la aparición de la fiebre, por lo que externamente no muestran síntoma de ninguna enfermedad y su estado físico es bueno. La salida de líquido sanguinolento por hocico o con la orina se observa en un bajo porcentaje de los conejos muertos. Las lesiones internas son muy aparentes (hemorragias y congestión en pulmones, hígado y tráquea), especialmente en conejos adultos, pero pueden pasar inadvertidas en conejos juveniles. La enfermedad cursa con una elevada mortalidad que ronda el 90% de los conejos infectados, tanto entre conejos adultos como subadultos y juveniles.

Únicamente los conejos con edades menores a las 6-8 semanas muestran resistencia a la enfermedad, de tal manera que pueden ser infectados por el virus, pero sin morir o sufriendo una mortalidad muy baja, y adquiriendo resistencia frente a posteriores infecciones del virus. Parece ser que los juveniles nacidos de madres inmunes pueden estar protegidos temporalmente por anticuerpos procedentes de la madre.

En las poblaciones con alta densidad de conejos, el virus se transmite fácilmente y los conejos quedan inmunizados a edades tempranas, cuando la enfermedad no les afecta tanto. En las poblaciones de baja densidad de individuos, los virus no se transmiten de forma eficaz por lo que el impacto de la enfermedad también es bajo. El mayor impacto lo sufren las poblaciones aisladas cuando aparece la enfermedad y las poblaciones con una densidad media, en las que el virus se puede transmitir entre individuos, pero se contagian a edades más avanzadas, siendo la enfermedad más letal.

El curso de la enfermedad en el campo es muy variable de una zona a otra. Los brotes de enfermedad suelen estar asociados a la reproducción de la especie, ya que el reclutamiento de nuevos conejos susceptibles al virus facilita su transmisión entre la población, por lo que la EHV es más frecuente en invierno y a principio de la primavera.

En consecuencia la enfermedad varía anualmente, dependiendo de la densidad poblacional y de la intensidad de la reproducción y de la cantidad de conejos susceptibles que haya. Los brotes de enfermedad pueden tener lugar a lo largo de todo el año y con diferente intensidad.

Consecuencias de la aparición de ambas enfermedades.

Ambas enfermedades son endémicas en los conejos de la Península Ibérica y originan las siguientes consecuencias:

- La mixomatosis y la EHV controlan de forma natural las poblaciones de conejo manteniéndolas con bajos niveles de abundancia. Es claro este efecto, si tenemos en cuenta la mortalidad que producen las enfermedades en las poblaciones de conejo. Además puede producirse un efecto sinérgico entre ambas, de tal forma que una enfermedad mate a los individuos que presenten inmunidad frente a la otra.

- La mixomatosis y la EHV produjeron, en su primera entrada en las poblaciones de conejo, grandes mortalidades (de un 99% en el caso de la mixomatosis, y entre el 50 y el 90% en el caso de la EHV), reduciendo las abundancias de forma drástica.

- En el caso de la mixomatosis, sus efectos fueron superados por muchas poblaciones debido a la coevolución entre el virus y el conejo, y la existencia de cierta resistencia genética del conejo. Parece que el efecto de la EHV también disminuye con el tiempo.

- No se ha detectado una pérdida de variabilidad genética en las poblaciones de conejo tras la entrada de la EHV, lo cual podría indicar que todas las variedades genéticas de conejo son susceptibles por igual a la enfermedad.

- A pesar de ello, existen autores que consideran que la diferente recuperación de las poblaciones tras la EHV puede estar debida a las diferentes características genéticas de las poblaciones de conejo. En este sentido, las dos subespecies de conejo pueden tener distintas susceptibilidades a la EHV, siendo más notable la recuperación de la subespecie O. c. cuniculus, que la de la otra subespecie O. c. algirus. En la zona de contacto entre ambas subespecies, donde se producen casos de hibridación de ambas subespecies, puede que las poblaciones hayan sufrido un menor efecto de la EHV.

- En general se señalan unas mortalidades de entre el 5 y el 20 % de la población, llegando en algunos casos hasta el 60% de los individuos susceptibles de ser infectados a causa de la mixomatosis. Las mortalidades estimadas actualmente para la EHV son de entre el 15 y el 20% de los adultos y el 50% de los juveniles.

- Estas mortalidades son variables en función de la densidad poblacional y de la proporción de conejos susceptibles de cada población.

- Al estar ambas enfermedades presentes en las poblaciones de conejo, las estimaciones observadas en la mortalidad juvenil producida por cada una de ellas se confunden, lo que implica una gran dificultad diferenciar el impacto de ambas enfermedades. Esto no ocurre para el caso de los adultos, ya que la mayoría son resistentes a mixomatosis y el impacto de la EHV es más fácil de estimar.

- Tanto la presencia actual del conejo como la abundancia de sus poblaciones, están relacionadas con su capacidad de recuperación ante la mixomatosis y la EHV.